¿Cuáles son los 12 frutos del Espíritu Santo en las personas?
Cuando hablamos de los frutos del espíritu santo, esto hace referencia a las formas en que aparece atreves de nosotros el espíritu santo, que si bien se ven de distintas formas en escancia es solo una como refiere la Reina Valera en su carta a Gálatas el quinto capítulo versículo veintidós y veintitrés.
Como todo fruto contiene la escancia del árbol y nace de los nutrientes que lo sustentan, así mismo ocurre en nosotros, dando lugar a la semilla que plantamos en quienes el espíritu santo está presente nutriendo nuestras vidas estas son las virtudes a las que se denomina frutos.
El amor
Primer fruto es el amor, este en si mismo tiene muchas formas, en la biblia una de las apariciones de este fruto se traduce del griego Ágape que significa afecto o benevolencia, este trata del amor desinteresado hacia nuestro prójimo procurando el bienestar ajeno, de este sentimiento surgen los otros frutos.
El gozo
El segundo fruto es el gozo, como una sensación de dicha y bienestar que siempre está presente porque Dios está en nosotros, sin importar la situación en que nos encontremos estamos rodeados de cosas que agradecer por que el señor no nos abandona.
Este fruto hay que buscarlo en nuestro interior mediante la oración, pues el espíritu santo es quien nos concede la plena satisfacción para afrontar cualquier vicisitud.
A diferencia de la felicidad que puede aparecer en nosotros por la satisfacción que nos da aquello que sacia nuestros deseos, el gozo solo existe cuando estamos llenos del bienestar interno del espíritu santo y no está sujeto a nada en el exterior.
La paz
Tercer fruto la paz, de cada fruto derivan los siguientes, pues no podemos alcanzar la paz interior, que no es lo mismo que la quietud o la ausencia de conflicto, la paz del espíritu santo nos brinda calma en la tormenta, es la tranquilidad de la conciencia limpia y la comunidad con Dios.
La paciencia
Cuarto fruto la paciencia, deriva de la paz permitiéndonos esperar con calma el momento de Dios, pues es perfecto para todo, cuando dejamos atrás nuestros afanes y aceptamos que todo tiene su propósito y razón por la sabiduría de nuestro señor, ya no existen apuros ni inquietudes.
La benignidad
Quinto fruto la benignidad, yace en reconocer que la benevolencia de Dios actúa sobre nosotros y así mismo debemos ser misericordiosos con el prójimo incluso cuando este no lo sea con nosotros, puesto que ninguno somos perfectos y todos cometemos errores, actuar atreves de la condolencia de Dios para con todos sus hijos ofreciéndonos su perdón.
Solo Dios puede juzgarnos y lo hace con amor, por lo tanto no somos quien para juzgar a nuestros semejantes, debemos dejar la justicia en manos del juicio divino.
La bondad
El sexto fruto la bondad, es el ejercicio de la benignidad mas allá de nuestro pensamiento mediante los actos que llevamos a cabo, un justo proceder originado en un sentir noble por la gracia que Dios comparte con nosotros, así debemos compartir bondadosamente en hechos con el prójimo.
La fe
Séptimo fruto la fe, es la seguridad que sentimos en Dios, la certeza de que el está presente en todo momento intercediendo por nosotros y no alejarnos de su camino sin importar las circunstancias, mientras nuestro proceder sea el correcto contaremos con la garantía de que todo ocurrirá de la mejor forma posible.
La mansedumbre
El octavo y penúltimo fruto la mansedumbre, nace de la paz interior y es la calma para no dejarnos arrastrar por el enojo ni las emociones negativas, ser sumiso ante Dios y aceptemos su voluntad al margen de nuestras intenciones.
La templanza
Noveno y último fruto la templanza, el autocontrol de no ceder a las tentaciones ni dejarnos llevar por provocaciones es el poder de la templanza, reside en la moderación de los apetitos mediante la comunión con el espíritu santo que sacia todas las necesidades del alma y nos permite controlar las del cuerpo.
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